12 de noviembre de 2022, sábado por la mañana llegamos a Nueva York. Volamos desde el aeropuerto de Ezeiza, Buenos Aires, en un Boeing 777 de American Airlines, en clase económica, y tras aproximadamente unas 10 horas, aterrizamos con algo de turbulencia mínima en la pista 22L.
Tomamos la anteúltima salida, en la calle de rodaje J, atravesamos perpendicularmente la pista 22R, momento en el que se puede comenzar a apreciar la torre de control, antes de alcanzar la terminal de Delta, pasar por el edificio de American Airlines y virar finalmente a la Terminal 8, de dicha compañía.
Lo que sucede al descender del avión, pasar migraciones y aduana será material para otro viaje donde podremos mostrarlo más claramente (y si bien no varía mucho de otros países, en la escala de rigurosidad, primero por lejos está Inglaterra y Estados Unidos se ubica en la cómoda segunda posición).
Saliendo de la Terminal 8, recorrimos un largo trecho, siempre muy bien señalizado, para tomar el Air Train. Este tren tiene 2 sentidos, uno circular que conecta todas las terminales, y el otro que se dirige, tras algunas paradas intermedias en los suburbios del aeropuerto, a la estación Jamaica Station.
Allí descendimos y en ese momento es cuando abonamos la tarifa de aproximadamente 9 dólares. Optamos por comprar en ese mismo momento la MetroCard, por 1 dólar, ya que con la misma tendríamos luego descuentos en el transporte público y, además, es una tarjeta pre-paga «perecedera», con un vencimiento bastante largo que permite reutilizarla por uno mismo o cualquier persona a la que se la prestemos en futuros viajes.
En Jamaica Station hicimos combinación con la línea E del Metro, en dirección a Manhattan. Como verán, las estaciones son bastante antiguas; pero no por eso, muy bien mantenidas que digamos. Realmente se las puede ver sucias y deterioradas. Sin embargo, el Metro en sí por dentro cuenta con unidades bastante modernas y bien señalizadas. Lo que siempre tienen que tener cuidado es de mirar bien la indicación en el subte que se toman, ya que hay algunas líneas que comparten estaciones y andenes, por lo que si se equivocan, pueden terminar en otro lado. Siempre es muy recomendable utilizar una aplicación en el celular para guiarse como podría ser Google Maps.
Al llegar a la calle 53 y la Avenida Lexington nos bajamos y la primera impresión de los rascacielos nos dejó sin palabras. Fue simplemente una primera muestra de lo que luego sería esta excelente ciudad que es un must para todo Pasajero en Tránsito.